REPITO, LA LETRA EN NEGRITA SIRVE PARA VER DE QUÉ SE HABLA EN CADA ENTRADA
Todos nosotros hemos vivido experiencias que nos han hecho descubrir ciertos aspectos de la vida en todos los sentidos, desde enseñanzas morales y éticas hasta formas de cómo enfrentarse a ciertas situaciones difíciles.
Todos hemos tenido una adolescencia, unos de forma más complicada que otros, o hemos perdido a algún ser querido o hemos tenido una pelea con un amigo o con los padres.
La primera vez que nos enfrentamos a todas esas nuevas experiencias y emociones normalmente no sabemos cómo reaccionar, y muchas veces dejamos que nuestros impulsos y nuestra cara más salvaje domine lo que hacemos. Lo cierto es que casi nadie tiene fuerza de voluntad, capacidad de autocontrol, de reflexión... capacidad de tomarse las cosas con calma y procurar no ahogarse en un vaso de agua.
Este tema tratado sin ejemplos puede resultarnos más ajeno que si nos ponemos en situación, para ver cómo nos afecta esta falta de gestión de las emociones.
Sara es una chica que saca muy buenas notas, está acostumbrada desde la ESO al sobresaliente y la matrícula. Sin embargo, cada vez que se acercan los exámenes sufre ataques de ansiedad y ciertamente llega a replantearse si merece la pena el esfuerzo.
Dani es una persona con un trabajo, una mujer, un hijo y una hija, con una buena casa y con unos buenos amigos con los que tiene contacto muy a menudo. Sin embargo sus compañeros del trabajo le infravaloran y no lo tragan. A pesar de todo lo que tiene, Dani suele ser pesimista y estar deprimido.
Álvaro es un niño muy activo, feliz y bien atendido. Sin embargo su egoísmo le distancia cada vez más de los otros niños, algo a lo que no termina de dar importancia. Gracias a esta falta de altruismo es rechazado y llega al instituto como el marginado de la clase, lo que hace que fracase y ni siquiera se gradúe.
Son solo tres ejemplos con los que unos u otros podrían verse identificados. Lo que queremos intentar es que los profesores que ahora están en el horno, los que darán clase el día de mañana, no pretendan enseñar únicamente lo que pone en los libros, que enseñen a los niños a explorar sus propias emociones, a controlarlas, a apreciarlas en los demás, y enseñar a los niños a ser un poco más humanos; a combatir a políticos y policías corruptos, a empresarios desconsiderados, a vendedores manipuladores, a médicos impertinentes, a delincuentes juveniles... y a ayudar a personas estresadas, con problemas de autoestima, demasiado sensibles, o simplemente a cualquiera que no sea feliz.
En las siguientes entradas que se publiquen en este blog (sin contar las que tengan que ver estrictamente con las prácticas) procuraremos guiar a los futuros maestros para que sepan cómo enseñar a los niños a ser más felices controlando sus emociones, principalmente documentados por las obras de Eduard Punset, uno de los que más exigen que este nuevo tipo de educación se lleve a las aulas.
